La creación es la expresión más hermosa de la adoración al Padre Eterno.
Su naturaleza y sustancia deja en claro su adoración intrínseca, y los hijos, somos esa fragancia que alegra el corazón del padre, al descubrir nuestro diseño eterno en Cristo, como hijos muy amados, creados para su alegría y deleite eterno, siendo uno con él.
Efesios 1:3 y 4, versión DHH: Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y perfectos en su presencia. Por su amor.
Que cada día, sea una realidad, en nuestra relación personal y permanente con el padre, por medio de las frecuencias del Cristo resucitado.
La santidad y la perfección fueron la obra de la resurrección en cada hijo, solo queda renovar nuestra estructura mental por la estructura de la mente de Cristo, por medio de nuestro diálogo personal con Cristo.
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