Grandeza por quienes somos.
Nuestro origen eterno, manifiesta quienes somos.
Al ser parte de un Dios creador, por naturaleza divina somos sus hijos.
La máxima expresión de Dios es su creación en sí misma.
Nosotros, como hijos muy amados, desde nuestra creación eterna.
El rollo de Melquisedec, revela esta maravillosa realidad espiritual de nuestro origen eterno.
Saberlo y creerlo hace todo el sentido, para encontrarnos a nosotros mismos, siendo uno con el Padre eterno, en la manifestación de nuestra pasión y propósito de vida.
Vivir cada día siendo la mejor versión y dando lo mejor, que lo demás se te añadirá como consecuencia de SER.
Saber que lo tenemos todo, cuando nos encontramos a nosotros mismos.
Somos dioses, cuando reconocemos a Dios padre, como nuestro origen y que estamos en él, a través de Cristo, en las dimensiones del espíritu, donde todo es y está al que cree.
Arturo Gtz Mtz Página de inicio
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