Proverbios.
Capítulo 3
Hijo mío, no te olvides de mi ley.
Y tu corazón guarda mis mandamientos
Porque son largos días y años de vida.
Y la paz te guardará.
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad.
Átalas a tu cuello.
Escríbelas en la tabla de tu corazón
Y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.
Cristo hizo posible esta unidad del Padre con cada hijo, que son las frecuencias del espíritu, dimensiones celestiales permanentes que nos permite. Estar conscientes de la unidad de todas las cosas en Cristo.
Vivir en la consciencia de Cristo, abre el diálogo, personal, de cada hijo, para vivir en el presente eterno, disfrutando, en el ahora eterno, el diseño divino de cada hijo.
Arturo Gtz Mtz Página de inicio
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