Centro de creencias.
Juan, capítulo 14.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
El centro de creencias define y manifiesta nuestra realidad.
Para crear es necesario creer.
Como seres creativos que somos por naturaleza espiritual y divina.
Revisar conscientemente nuestro centro de creencias es la base de nuestro éxito o fracaso.
Conocer a Dios padre, es conocer al hijo Cristo.
Pero para conocer a Cristo, necesito conocerme a mí mismo.
Si no sé quién soy, cómo ser eterno y espiritual, mi concepto de Dios y de Cristo, será muy vago y pequeño.
Saber que tengo padre eterno y que soy a su imagen y naturaleza, abre los portales de la abundancia y el poder creativo.
Entendiendo que cómo Cristo se manifestó en amor y autoridad del padre.
Así estamos nosotros en las frecuencias y dimensiones espirituales de Cristo.
Somos uno en Cristo y en el Padre.
Es nuestra herencia espiritual y eterna.
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