Diálogos con Cristo. Dos.
Juan, capítulo 6, versículo 35.
Jesús me dice: Yo soy, el pan de vida, el que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Para poder estar en las dimensiones del espíritu de Cristo, donde el reino del Padre es la realidad eterna, debo comer y beber de Cristo, que es la sustancia espiritual de la fe.
Para vivir la vida abundante y llena de poder y autoridad y ser digno de representar la corona del reino en mi vida, depende del nivel de alimento espiritual que consumo día a día.
El tener una confianza fuerte y a ciegas, es resultado de una relación profunda y total.
Mi diálogo día a día despierta cada vez un caminar más grande y poderoso en Cristo.
Cristo me dice: no pretendas hacerlo sin mí, estoy en ti para dialogar y juntos ser la voluntad del Padre, que es vivir en la unicidad del padre, agradarle en todo y dar resultados de una vida abundante, libre de limitaciones.
Cristo vino a darme a conocer al Padre y restaurar la relación eterna llena de resurrección y luz.
Cristo es mi alimento espiritual para hacer posible lo imposible, al estar en Cristo arriba de las circunstancias de este mundo y de sus limitaciones.
Cristo en mí la esperanza de gloria, aquí y ahora.
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