¿Yo o Espíritu Santo o los dos?
Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Juan 14: del 15 al 17.
Como seres espirituales y dioses que somos, desde la eternidad en Cristo, tenemos la naturaleza de nuestro espíritu, unida al Espíritu Santo de Dios.
Esta naturaleza divina, que está unida al Espíritu Santo, cuando es despertada por el poder de resurrección de Cristo, activa el diseño eterno en cada hijo despierto en Cristo y somos manifestadores del cielo en la tierra.
Entonces la salud divina es una realidad en nuestro cuerpo, ideas creativas y transformadoras, ingresos de reino sin límites y todo don perfecto, es una realidad aquí y ahora.
Este mecanismo espiritual, solo puede ser activado por cada hijo, que está, en esa conciencia de Cristo, resultado de una relación directa, personal y permanente.
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