Cristo, nuestro diseño eterno.
Al entender que en Cristo está nuestro diseño espiritual, de cómo fuimos creados desde la eternidad y lo que representamos para Dios Padre, nos abre las puertas de una vida eterna y abundante, rodeada de sentido y pertenencia como de identidad.
Cristo es uno con el Padre y nosotros somos uno con Cristo. Por diseño espiritual, divino y natural, al ser un hombre, nos mostró que era uno igual a nosotros, pero con su conexión al Padre en todo momento.
Cristo, al ser uno con Dios Padre, es Dios Hijo y al venir a la tierra nos volvió a dar la vida, vida que se perdió por separación mental y espiritual, resultado de la desobediencia de Adán al ignorar su realidad espiritual en el Padre.
Esta realidad espiritual está en la biblia como en muchos otros libros y en el libro más importante: el libro escrito en tu corazón y en tu ADN espiritual.
En cuanto despertamos a esta realidad espiritual eterna escrita en nuestros corazones y ADN espiritual eterno, despertamos a nuestra verdadera identidad en Cristo es allí donde entendemos nuestra naturaleza divina y eterna.
Cristo nos reveló nuestro poder en él, siendo uno con él y como él es uno con el Padre.
Donde tenemos todo lo que fue escrito para nosotros desde la eternidad en él.
Esta es nuestra herencia de reino, ser uno con Cristo aquí y ahora, un eterno presente espiritual.
Juan 14 del 1 al 7.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conoces, también a mi Padre conoces y desde ahora le conoces, y le habéis visto.
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